En esta ocasión el gato al que nos vamos a referir es más que probable que no lo conozca casi nadie porque hay que navegar mucho por la historia para poder encontrar algo sobre su vida e información general.
Se trata de Bastet, un nombre que no te dirá nada pero, si agregamos, el hecho de que era una diosa egipcia, la diosa gata de Bubastis, quizás ya te vayas ubicando un poco.
Bastet era la guardiana de la casa, protegía con fervor a sus hijos y representaba, por ello, el amor maternal, la abundancia y el placer. También se dice que era la diosa de la música y la danza (quizás por eso en algunos dibujos animados salen gatas disfrazadas con velos para bailar).
Era la protectora de todos los gatos y simbolizaba la fertilidad del sol. Vivía en tierra santa rodeada de otros gatos sagrados, reencarnaciones de ella misma.
Como dato curioso se dice que el gato más parecido a Bastet y que «puede tener algo de divino» es el gato abisinio.
