Una de las razas de gatos que quizás te suene más extraña porque no suele nombrarse mucho, es la raza Ragdoll, una raza de gatos que se caracteriza por una docilidad completa y sumisa. Para ellos hacer lo que su dueño quiere no es tanto un juego o una orden sino su vida. Es un gato que obedece fielmente todo lo que le digas y muy fácil de educar porque es muy inteligente.
El gato Ragdoll se originó en California en el año 1960 y se consiguió a través del cruce de razas muy domésticas como son siameses, persas y gatos birmanos. Según cuenta la historia (wikipedia) la gata fue atropellada por un coche (también se llegó a decir que en el accidente perdió un ojo, aunque sólo son suposiciones) y durante el periodo en que estuvo lesionada se cuenta que unos estudiantes se hicieron cargo de ella, y ésta llego a domesticarse un poco debido a que vivía en una casa.
Cuando nacieron los gatitos se dieron cuenta de que eran enormes (demasiado para su corta edad) y muy dóciles y cariñosos. Así que la señorita Ann se dedicó a buscar la raza perfecta criando con los hijitos de Josephine y otras muchas razas, escogidas previamente, para la monta y que así salieran los gatitos perfectos.
Nosotros como no sabemos nos quedaremos con la parte buena.
Estos gatos tienen además otra característica y es que, al cogerlos, pueden relajarse de tal modo que es posible que pienses que tienes un muñeco de trapo (y de ahí su nombre).
Color: Puede ser marrón, gris, chocolate y lila pero también puede tener otros colores como crema, rojo o color tipo lince.
Pelo: Largo o semilargo con tres variedades: colorpoint (o gen siamés), bicolor y mitted.
Peso: Un Ragdoll adulto macho puede pesar entre 5,4 y 9 kilogramos y llegar a medir 90 centimetos de largo, mientras que el peso de la hembra oscila entre los 4,5 y 6,8 kg.
